Hace 120 años más de tres millones de adoquines rojos fueron encargados a la fábrica de la Metropolitan Paving Brick en Cantón, Ohio, Estados Unidos, específicamente para pavimentar las calles de la ciudad de Mérida en septiembre de 1902.
Para la fábrica fue uno de los acarreos más grandes de ladrillos realizado por ferrocarril y agua. Según nuestros cálculos, el número de piezas encargadas fueron suficientes para pavimentar alrededor de 60,000 m2 de superficie, lo que podría equivaler a casi 7.5 km lineales de calles del centro histórico.
Los adoquines a final de cuentas no fueron traídos de Francia como muchos piensan, tampoco consideramos que dichos ladrillos fuera el lastre de los barcos que llegaban a nuestros puertos, no podemos concebir que un programa tan ambicioso, como lo fue el pavimentar por primera vez las calles de la ciudad, haya dependido de material de desecho.
Históricamente el lastre que utilizaban las navieras era muy variado, entre piedras de desecho, bolsas de arena, conchas marinas, agua, trozos de metal, entre otros.
Los adoquines que aún se observan en diversas partes de la ciudad, llevan escrito la leyenda Metropolitan Block, Cantón O, refiriéndose al nombre y ciudad del fabricante.
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