Morelos, alberga a los Pueblos Mágicos de Tlayacapan y Tepoztlán, que se han ganado un lugar especial, por su hermosura, por mantener vivas sus tradiciones, por la cultura de sus habitantes y por sus edificaciones que siguen en pie.
Tlayacapan: Puedes encontrar una de las bandas más antiguas de México: la Banda Tlayacapan, la cual tiene su origen a mediados de 1870 y se ha mantenido a través de la transmisión de generación en generación.
No debes dejar de visitar el ex convento de San Juan Bautista, en la nave mayor se encuentra algo muy raro de ver en México: personajes importantes que fueron momificados y sepultados en este lugar. Fueron descubiertos en 1982, y se dice que se les dio bendita sepultura en ese lugar para que estuvieran “más cerca de dios”, debido a que este pueblo se encuentra bordeando las nubes, a una altura de más de 1,600 metros.
El carnaval de Tlayacapan se celebra tres días antes el miércoles de ceniza, y proviene de otra antigua fiesta llamada axcatzintzintin que significa “brincar de gusto”. Y es que la danza de los chinelos se caracteriza por sus saltos, y por contagiar de alegría a quienes ven pasar sus comparsas.
En San José de los Laureles se encuentra un tesoro entre sus majestuosas y enormes rocas: el Centro Ecoturístico los Laureles, que tiene como finalidad la educación ambiental y el estudio de plantas medicinales. Está manejado en su totalidad por mujeres indígenas, mismas que comparten su saber con los visitantes en pláticas y talleres. Además puedes tomar un temazcal, acampar, relajarte en las palapas y desayunar o comer deliciosos guisados preparados ahí.
En la Plaza del Alfarero encontrarás piezas de alfarería tradicional como macetas, alcancías, ollas, comales, jarros, cazuelas y vajillas completas de barro vidriado y gran colorido. Puedes visitar su fábrica de cerámica para conocer más sobre este arte, con suerte y te toca la Feria Nacional del Barro, que se realiza anualmente la última semana de octubre.
Tepoztlán: Remite a quienes lo visitan a una especie de edén fabuloso, rodeado de leyendas como la de Tepoztécatl, patrono del pueblo, quien se dice que de niño sobrevivió a cientos de peripecias y que formó las gargantas y cerros de Tepoztlán.
En este pueblo se encuentra el Centro Ecuestre Tepoztlán, el cual organiza cabalgatas que, además de ser una experiencia divertida, también es educativa. Y es que la ruta incluye, entre otras cosas, lugares donde creció el General Emiliano Zapata. Subir por el cerro del Tepozteco es más que la experiencia de escalarlo. Al final te espera poder develar los misterios sobre la leyenda de Tepoztécatl, pues en la cima del cerro se encuentra una pirámide donde se dice que esta deidad tocó el teponaztli (tambor), tras lo cual desapareció.
Puedes practicar paracaidismo y vuelos en globo, también puedes practicar el parapente, que es una opción llena de adrenalina pero con la cual quizás te sientas más seguro. Y es que tu vuelo será acompañado por un experto, lo cual te permitirá disfrutar del paisaje y tomar fotografías.
En el mercado de Tepoztlán puedes disfrutar platillos únicos, las nieves de este pueblo, que de tan ricas, han llegado a otros lugares de México. Pero el itacate es un tipo de gordita que sólo se hace en Tepoztlán, o que por lo menos resulta difícil de encontrar en otros lugares, y es una gordita en forma de triángulo que puede ser rellenada con queso, chicharrón, flor de calabaza, huitlacoche o chapulines.
Consigue un guía local que te lleve en los meses de lluvia a la Poza de Quetzalcóatl, en Amatlán, donde se dice que fue bautizado este dios, en esta y otras frescas pozas podrás bañarte, y vivirás una de las pocas experiencias cien por ciento naturales y que son poco conocidas.
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